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Biden fracasa en el debate con Trump en su intento de despejar la preocupación por su edad

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Donald Trump y Joe Biden, durante un momento del primer debate presidencial de las elecciones de 2024, en Atlanta. BRIAN SNYDER (REUTERS)

Los dos candidatos se descalifican y se enzarzan en ataques personales, pero el presidente tartamudea, aparece ronco y sufre algún lapsus

Realmente no sé lo que ha dicho al final de esa frase. Creo que él tampoco sabe lo que ha dicho”. Ese dardo de Donald Trump dio en el blanco de un Joe Biden que se mostró en el debate dubitativo, tartamudeante, con la voz tomada y hasta sufrió algún lapsus en que pareció quedarse en blanco. Si el presidente trataba de demostrar que sus 81 años no deberían preocupar a los votantes, fracasó en el intento. Los dos candidatos se enzarzaron en duros ataques personales, pero Trump aguantó educadamente cada vez su turno de palabra y fue Biden el que se lanzó a insultar, llamando a Trump “idiota y perdedor”. Aunque el expresidente recurrió una y otra vez a bulos de todo tipo, colocó sus mensajes de forma aparentemente más eficaz. Ganó por goleada en las formas, con lo que el fondo de los argumentos pasó a un segundo plano.

Trump, de 78 años, atacó a Biden con la inmigración, con la política exterior y con la economía. Biden pasó al ataque con el aborto, con los riesgos para la democracia y con el hecho de que Trump sea “un delincuente convicto”. Ambos adjudicaron al otro la etiqueta de haber sido el “peor presidente de la historia” de Estados Unidos. Ni siquiera se dieron la mano. Los dos se descalificaron mutuamente como incapaces para ocupar la Casa Blanca. Uno de los dos llegará a ella tras las elecciones del próximo 5 de noviembre.

Fue Biden el que abrió el debate contestando a una pregunta sobre la economía. Enseguida se vio que tenía la voz tomada, tosía para aclarar la garganta, pero la ronquera no desaparecía. El presidente parecía además con el discurso muy ensayado, pero empezó a hablar a toda velocidad, haciendo difícil entender sus argumentos. Trump, en cambio, repitió sus mensajes simples, directos y apocalípticos, con frecuencia demagógicos o cargados de bulos, pero Biden apenas fue capaz de rebatirlos con eficacia. Además, el expresidente se mostró contenido en las formas, nunca interrumpió a su rival, en parte sabedor de que su micrófono estaría cerrado cuando no era su turno. Eso hizo también que el debate fuera algo aburrido y falto de ritmo.

“Eres un idiota y un perdedor”

El presidente lanzó los ataques más directos contra su rival. Sacó a colación una información —que Trump asegura que es falsa— de que Trump llamó a los caídos en combate en el cementerio de Arlington “idiotas y perdedores”. El presidente recordó que su hijo Beau murió tras prestar servicio en Irak (lo hizo por un tumor cerebral, que Biden atribuye a la exposición a tóxicos en esa etapa). Y dijo: “Mi hijo no es un idiota ni un perdedor. Tú eres un idiota y un perdedor”. Pareció ensayado y no tuvo el efecto de mostrar a un presidente enérgico, que quizá es lo que pretendía, a diferencia del “¿te vas a callar, hombre?”, que tan buen resultado le dio en 2020.

El expresidente entró al cuerpo a cuerpo contra Biden. “Nuestros veteranos no pueden aguantar a este tipo”, dijo. “Es el peor comandante en jefe de nuestra historia”. Reiteró sus tesis de que la invasión de Ucrania y el ataque de Hamás se han producido por culpa de que no respetan a Biden y que no hubiera ocurrido nunca con él. “Si tuviéramos un presidente de verdad, un presidente que supiera que Putin lo respeta, nunca habría invadido Ucrania”, dijo. Criticó con dureza una y otra vez la retirada de las tropas de Afganistán como la situación más “vergonzosa de la historia” vivida por las tropas.

Ante la pregunta de cómo resolver la guerra entre Israel y Hamás, Biden destacó que su Gobierno ya presentó un plan para acabar con el conflicto con un alto al fuego y el regreso de todos los rehenes retenidos en la Franja de Gaza. “Hamás es el único que quiere continuar con esta guerra”, ha señalado el demócrata. “Hamás no puede seguir existiendo. Tienen que ser eliminados”, ha añadido. Trump replicó que Israel es quien quiere seguir con la guerra y que deberían llevarla “hasta el final”. “Déjalos acabar el trabajo. [Biden] se ha vuelto un palestino, pero a los palestinos no les gusta porque es un palestino débil”.

En varios momentos del debate, Trump atacó a Biden con la inmigración. Dijo que los migrantes que llegan ilegalmente al país se alojan en “hoteles de lujo” mientras los veteranos están en la calle, aunque no sea cierto. También reiteró sus bulos de que los inmigrantes llegan de “instituciones mentales” y “manicomios” y que están extendiendo la delincuencia por todo el país.

Cuando le preguntaron a Trump por el asalto al Capitolio, aseguró que no tuvo nada que ver con lo que pasó aquel día en el que una turba de sus seguidores tomó el Congreso. “El 6 de enero teníamos una gran frontera, independencia energética, la tasa de inflación más baja del mundo y nos respetaban en todo el mundo”. Insistió también en la mentira de que se trató de una “protesta pacífica” de patriotas.

Biden volvió a toser al empezar sus dos minutos de conclusiones, parecía que le faltaba el aire, tartamudeó de nuevo y la voz seguía tomada. No colocó ningún mensaje eficaz. Trump volvió a la política exterior, a la inmigración y a sostener que su presidencia fue un éxito.

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