Afirma que se debe controlar la frontera, no limitar el derecho a protestar
Bartolo García
Santo Domingo, RD. – El dirigente político Abel Martínez condenó enérgicamente la agresión sufrida por ciudadanos dominicanos durante una manifestación pacífica en la comunidad de Friusa, en Verón, quienes exigían respeto a la soberanía nacional y acciones concretas ante la creciente presencia de haitianos ilegales en el país.
Martínez calificó como “inaceptable” que el Estado establezca perímetros de restricción para impedir que los dominicanos se expresen libremente, mientras —según afirmó— miles de extranjeros ilegales cruzan sin control la frontera con Haití. “El perímetro que debe controlarse es el de la frontera. Ese ya existe, y lo que corresponde es hacerlo respetar por quienes violan nuestra soberanía”, sostuvo.
El exalcalde de Santiago consideró que la represión de ciudadanos en su propio país por defender el interés nacional representa una afrenta directa a la dignidad del pueblo dominicano y una contradicción de los valores democráticos que deben regir toda acción estatal.
“El pueblo dominicano no se reprime, se escucha”, afirmó con firmeza. “Nuestra nación no puede castigar a quienes exigen orden, legalidad y respeto a nuestra identidad. Eso es un derecho, no un delito”.
En ese contexto, Abel Martínez reiteró la urgencia de implementar un plan nacional de acción para enfrentar la crisis migratoria que —aseguró— impacta todos los sectores de la vida nacional, desde la salud hasta el empleo y la seguridad pública.
Como parte de su propuesta, presentó seis medidas prioritarias:
- Deportaciones masivas y frecuentes de haitianos ilegales mediante operativos coordinados en barrios, fincas, obras y espacios públicos.
- Control estricto de la frontera con vigilancia militar permanente, tecnología de punta y puntos de retención.
- Regulación de la mano de obra extranjera, limitada a sectores específicos como la agricultura y la construcción, mediante un censo nacional, carnet biométrico y fiscalización rigurosa.
- Eliminación del turismo de parturientas, fenómeno que —según denunció— ha desbordado el sistema de salud dominicano.
- Implementación de un sistema digital de identificación para extranjeros, indispensable para acceder a servicios como salud, educación, trabajo o subsidios.
- Reformas legales para endurecer las penas contra el tráfico de ilegales y fortalecer el marco jurídico sobre la nacionalidad dominicana.
Martínez manifestó que estas medidas no son “opcionales”, sino urgentes y necesarias para preservar la seguridad nacional y la paz social, especialmente en zonas donde el descontrol migratorio genera tensiones crecientes.
“El corazón de la Patria no puede ser convertido en tierra de nadie, ni la legalidad sustituida por el caos”, expresó. “El deber de un gobierno es proteger a su gente, no amordazarla cuando alza la voz en defensa del país”.
El también exlegislador enfatizó que la situación en comunidades como Friusa es solo una muestra del desbordamiento migratorio que afecta a muchas regiones del país y que, de no enfrentarse con decisión, podría tener consecuencias irreversibles para la soberanía y la identidad nacional.
Martínez recordó que la República Dominicana es una nación solidaria, pero también con derechos soberanos que deben ser respetados. “No se trata de odio ni discriminación, sino de orden, ley y justicia. Un Estado sin fronteras claras no es un Estado libre”, añadió.
Llamó a las autoridades a escuchar el clamor de las comunidades afectadas y actuar con transparencia y determinación, sin reprimir a quienes protestan pacíficamente ni criminalizar el legítimo derecho a exigir protección y respeto por la patria.
Finalmente, Abel Martínez reafirmó su compromiso con la defensa de la soberanía dominicana y concluyó con una contundente frase: “El perímetro es la frontera… no el corazón de la Patria”.