La Reforma de la Policía

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El Mirador

Por Luis Céspedes Peña

Usted y yo podemos estar a favor o en contra del gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM), dirigido por el Presidente Luis Abinader, pero la adversidad política no debe conducirnos a rechazar los buenos esfuerzos, tendentes a contar con mejores instituciones al servicio de la mayoría de ciudadanos.

También debemos decir que la otra adversidad no debe entender que todo lo que está haciendo el gobierno es bueno. ¡En ambas posiciones entran nuestros conceptos!

El deterioro de la Policía, que no comenzó en este gobierno, sino que es el fruto de errores de otros y de los que gobiernan hoy, se debe, en algunos casos, al interés político de ir llevando a las posiciones de mandos a figuras más confiables, asumidas para bajar a otras. Y así, poco a poco, se profundiza el deterioro que vemos hoy en la Policía Nacional. ¡Es culpa de todos los gobiernos!

Generales, coroneles y otros oficiales que fueron formados en servicios de calidad por el Ministerio de Administración Pública (MAP) y organismos internacionales, para que les sirvieran con eficiencia a los ciudadanos evitando los excesos que hoy vemos, fueron retirados por el actual gobierno. ¡No hubo continuidad del Estado, pero hay tiempo de corregir ese error!

El Estado invierte millones y millones de pesos para formar oficiales, especialmente los superiores, pero con una firma del Presidente se pierde todo, porque son retirados y no se sigue el mismo proceso de capacitación de los policías en materia de administración pública, de manera fundamental. En los actuales momentos, se requiere de una nueva Policía en concepto.

Sabemos que hay resistencia de un sector de la Policía a la reforma. Hay oficiales que provocan situaciones difíciles en perjuicio del director nacional de esa entidad, mayor general Eduardo Alberto Then, quien está abiertamente a favor del proceso reformador, pero que le está costando muy caro en lo personal. ¡Pero el país quiere la reforma y debe hacerse!

No hay duda de que los hechos violentos, que arrastran muertes en cuarteles de la Policía, como la fabricación de expedientes falsos y golpeaduras a personas detenidas para provocar inconformidades en la ciudadanía, forman parte de esa resistencia a la reforma policial. ¡No queremos decir que al general Then hay que ponerlo en un altar!

Es cierto que la reforma de la Policía se llevará a muchos generales, coroneles, tenientes coroneles, mayores y otros, por lo que habrá una reducción del número de oficiales.

Como la Constitución faculta al Presidente de la República a disponer de los cambios que éste considere necesarios, sugerimos reducir el número de nuevos ingresos a esa entidad, incluyendo a la Academia para la formación de oficiales, para hacer uso de miembros que salieron de la propia institución, como de las Fuerzas Armadas, teniendo  buena conducta, desde rasos hasta generales.

¡La buena conducta es esencial en este momento de crisis de la Policía! Se podría usar el método de contratos, ajustando los salarios a los actuales momentos o pagándoles el faltante a aquellos que están pensionados, para usar el mismo presupuesto de la Dirección General de Pensiones o cualquier otro organismo involucrado en la materia. ¡Hay miembros de las instituciones militares que fueron retirados con mucha juventud!

Debemos seguir el ejemplo de Estados Unidos, que retira sus militares cuando ya el tiempo así lo determina, pero cuando se necesitan para determinados servicios, son llamados de nuevo. ¡Así debería hacerlo en nuestro país!

¿Por qué hacemos esta sugerencia? Porque el narcotráfico y la delincuencia común podrían usar a jóvenes para infiltrarlos a las instituciones militares, especialmente a la Policía, como asalariados de esos sectores, sólo para que les sirvan desde dentro de ese conglomerado militar.

Pero debemos decir que la mejora salarial y social de los miembros de la Policía o las Fuerzas Armadas, es una necesidad. ¡Tampoco habrá una buena Policía, con bajos salarios, no importa que se haga una u otras reformas! Y lo mismo ocurre con las Fuerzas Amadas, aunque debemos admitir que la labor de los policías es más arriesgada y requiere de más tiempo.

¿Es el momento para una buena reforma policial? Creemos que sí, aunque seguimos defendiendo que la mayoría de sus miembros trabaja a favor de la seguridad ciudadana, pero hay un grupo que le hace mucho daño a esa institución.

Debemos apoyar el interés del Presidente Abinader con su plan de reforma policial, pero el mismo no debe ser arrastrado por resentimientos políticos

Es importante destacar el trabajo que está desarrollando la Comisión para la Reforma de la Policía, la cual está integrada por personas sumamente confiables, dotadas de honestidad y responsabilidad por el bien país.

¡Gracias por leernos!

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