Checo Pérez se lleva una victoria imposible en Monaco; Carlos Sainz 2º, Fernando Alonso 7º

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Era el domingo soñado del yerno perfecto, desde que salió de la cama hasta que aparcó el Ferrari en la primera posición de la parrilla de Mónaco. Charles Leclerc era el poleman de la carrera en la que nadie puede adelantar, en su circuito, ante su gente. Escuchó el himno nacional con las autoridades y giró la vista hacia su F1-75, confiado como casi siempre en este 2022 que va a disparar su caché. Pero entonces, empezó a llover. Gotas tímidas, pesadas, cargadas de agua en un entorno de humedad máxima. Lluvia intensa después, cortinas de agua que bañaron el Principado en dos tandas. La salida se retrasó una hora, con decisiones cuestionables del director de carrera que se explicarán después. Para cuando se marchó la tempestad, las cartas del joven Charles ya estaban marcadas. El domingo ya nunca sería plácido.

Una bandera roja contuvo al pelotón durante eternos minutos de desconcierto. Para cuando dejó de llover, salieron los coches detrás del ‘safety car’ y se decretó una salida lanzada que jamás podría alterar el orden, porque no hay sitio para los intrépidos entre los guardarraíles. Eran Leclerc, Sainz, Pérez y Verstappen, por ese orden, los que soñaban con hacer algo grande aquí. La partida, que no arrancada, fue limpia para todos con los neumáticos de lluvia extrema, pero Gasly inquietó al grupo desde atrás cuando cambió a gomas intermedias y todos empezaron a mirar de reojo sus tiempos. El primero que se animó delante, vuelta 17, fue Checo. Resultado: un ‘undercut’ de libro a Leclerc, que esperó dos vueltas. Verstappen copió la estrategia de Charles. Sainz se negó a entrar porque opinó que había que ir directos a por las ruedas de seco y a partir de entonces lideró la prueba.

Pero la pista se secó muy rápido y apenas cinco minutos más tarde las intermedias ya no parecían una ventaja. Carlos fue a por las gomas de seco (vuelta 20) y Leclerc, que estaba detrás del madrileño y del mexicano, entró también al ‘pit-lane’. Su ingeniero primero le llamó, luego le dijo que no entrase porque Pérez se iba a quedar fuera una vuelta más, pero ya era demasiado tarde. Entre quejas por la radio y gesticulaciones con las manos, fuera de sí, el joven Charles veía escaparse otro tren hacia la victoria. Lo curioso es que la obra maestra de Red Bull estaba a punto de alcanzar su cenit: Pérez superó por ‘overcut’ a Sainz y mantuvo la primera posición cuando cambió a neumáticos lisos; y Verstappen también adelantó a Leclerc, entonces cuarto, así que restaba puntos a su rival directo por el título.

Un fuerte accidente de Mick Schumacher, que partió en dos el Haas en la entrada de la Piscina pero no sufrió daño personal alguno, obligó a parar la carrera. La bandera roja tardó mucho, igual que la salida se retrasó demasiado al inicio. Parece que hubo problemas eléctricos con los semáforos, afectados por el agua de la lluvia inicial, y eso obligó también a que todas las salidas fueran lanzadas y no estáticas, en la parrilla.

En cualquier caso, no cambio nada: se resalió con Checo encabezando al grupo frente a la presión de Sainz (con ruedas duras por las medias de los Red Bull) y Verstappen, y con un enojado Leclerc cerrando un grupo de cuatro de quilates. Carlos apretó todo lo que pudo, se llegó a quedar a milímetros en Loews, sobre todo porque Pérez acabó justo de ruedas. Pero no hay sitio, no se puede adelantar en estas calles; si es difícil con un utilitario, ¿qué van a hacer estas bestias de 700 kilos y 1.000 caballos de potencia? Pérez conquistó su tercera victoria en la Fórmula 1 (Sakhir 2020, Azerbaiyán 2021, las anteriores) y entró en la leyenda del Principado seguido de Sainz, otra vez segundo en un circuito que se le da bien. ‘Mad Max’ aumenta su ventaja en la clasificación con el tercer puesto; y Leclerc prosigue su maldición, cuarto.

Buen séptimo de Alonso

Alonso completó un sólido séptimo, su mejor resultado del año y seis puntos para la clasificación. Contuvo detrás a Hamilton, no sin problemas, porque el ritmo del Alpine era muy pobre en ese ‘rush’ final de la carrera. Russell y Norris, inalcanzables delante, le aventajaron en más de medio minuto.

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