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Abinader: La Mejor opción

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Por JUAN T H 

El panorama político electoral dentro del Partido Revolucionario Moderno ha quedado despejado con la decisión del presidente Luís Abinader de repostularse para intentar un nuevo mandato. ¡Cuatro años más! 

Según mi particular punto de vista, Abinader es la mejor opción para el país. Y la única dentro del PRM, por lo menos, en estos momentos. Hay muchos dirigentes dentro de esa organización política con un gran potencial; gente joven, con buenos valores de honestidad, estudiosa y trabajadora, con mucho futuro, que harían un acto de grandeza que los enaltecería ante sus compañeros de partido y ante el país permitiendo que Abinader gobernara durante un periodo más. El futuro le pertenece a todos los jóvenes dirigentes que desean, con legítimo derecho, a gobernar el país. 

Pero en esta coyuntura lo conveniente, es consolidar al partido y al gobierno bajo el liderazgo del presidente Luís Abinader, lo demás es oportunismo, mezquindad y bajeza política. 

¡Luís lo ha hecho bien! Negarlo -insisto- es envidia producto de la mediocridad y la pobreza de espíritu que acompaña a muchos seres humanos. Pese a los escollos ha logrado sacar el país del atolladero en que lo encontró tras los 20 años de gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana, que convirtieron el país en uno de los más corruptos e inseguros del mundo, donde el narcotráfico, el crimen organizado, el contrabando, el juego de azar y la podredumbre moral, reinaban impunemente. 

El PRM, con Luís Abinader como presidente de la República, dentro de lo que las circunstancias han permitido, inicio un proceso lento de cambios y transformaciones, con las limitaciones propias del sistema capitalista, que han rendido sus frutos positivos, como bien lo han reconocido organismos internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y las propias Naciones Unidas. 

 Abinader asumió la dirección del Estado en condiciones deplorables, casi en quiebra, sin instituciones sólidas, con un aparato estatal hipertrofiado, lleno de “botellas”, como resultado de la corrupción que lo abarcaba todo sin ninguna consecuencia, porque el sistema de justicia, al igual que las Fuerzas Armadas y la Policía estaban igualmente permeadas por la corrupción, algo que muchos, en el propio PRM, parecen haber olvidado y hoy apuestan a que regrese el robo y el saqueo descarado de los bienes del pueblo.  

Actuando con tacto, prudencia, inteligencia y firmeza el presidente Abinader enfrentó con éxito la crisis sanitaria, la crisis económica que llegó casi inmediatamente después por la guerra de Estados Unidos, la Unión Europea que pretende expandir la OTAN, Rusia y Ucrania, que no es más que un “camarón de proa” en medio del conflicto. Tanto el Covid-19 como la guerra pusieron al mundo en situación muy crítica. Adquirir las vacunas contra la COVID 19 en momentos en que no había, fue fundamental. El presidente Abinader puso la salud del pueblo en primer plano sin importarle los recursos. ¡Primero la gente!, dijo. Gracias a esa actuación el país pudo levantarse recuperando los empleos, el turismo, la economía, etc. Vino la guerra y otra vez, la gente en primer plano para evitar una hambruna. Los recursos invertidos en la agricultura evitaron una hiperinflación. En este país no se pasó hambre. Todos los productos, aunque un poco más caros, se encontraban en los mercados y los supermercados. ¡Esa es la verdad! 

El país no está del todo bien, alguien puede decir, pero está mejor que antes. ¡Esa es la verdad! Y el futuro luce alentador. En medio de la incertidumbre el presidente Abinader ha sembrado certidumbre, fe y confianza en el porvenir. ¡Esa es la verdad! 

Creo, sinceramente, que el presidente Abinader se ha ganado el derecho a 4 años más, por su entereza, su dedicación y su empeño en hacer avanzar el país por senderos de bienestar y progreso. 

Abinader no es sólo la mejor opción del PRM, es la mejor opción para el país. Por lo menos en estos momentos. Lo contrario es volver al pasado triste y bochornoso que nos avergonzaba. 

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