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La verdad flota, como el corcho

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Por Luis González Fabra

Utilizando los medios de comunicación y de manera especial las redes sociales, la oposición actúa en su nerviosismo como si las elecciones fueran a escenificarse en las siguientes dos semanas de agosto o septiembre.

 Para una población como la nuestra que consume noticias e informaciones sin cuestionar nada y acepta como verdad lo que le sirvan, ya que el pensamiento crítico no es parte de la educación que recibe ni del medio ambiente en que la mayoría desarrolla sus actividades diarias, no es nada difícil convencerle de que la parrilla de mentiras que se les ofrece son verdades que no admiten discusión. El movimiento de masas, la gente a la calle es una táctica muy usada que requiere de recursos cuantiosos, en este caso los dos candidatos de la oposición los tienen por acumulación de su paso por el poder. Con la movilización buscan crear la percepción de que tienen mucha gente que les sigue y por lo tanto votaron por ellos en las elecciones.

 La percepción es la manera en que percibimos y experimentamos el mundo que nos rodea a través de nuestros sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto. A través de la comunicación se afectan los sentidos creando palabras, sonidos e imágenes que distorsionan el mundo que rodea al sujeto.

 La percepción no es una reproducción exacta de la realidad objetiva, sino que está influenciada por factores individuales, como las características sensoriales de cada persona, su contexto cultural, su estado emocional y su bagaje cognitivo. Por lo tanto, cada individuo puede percibir e interpretar el mundo de manera única. Por ejemplo, tomemos el caso de un partido de oposición que diseño una campaña para crear una falsa percepción de que el precio de un determinado producto de consumo diario había subido de manera escandalosa. E intento hacer lo mismo con varios productos. La campaña no surtió el efecto esperado porque se sustentaba en mentir, pero esa mentira fue creída por algunos cuantos y desmentida por los que fueron a comprar los productos mencionados en la campaña y se dieron cuenta de la falsedad de la información. Joseph Goebbels ministro de propaganda de Hitler creo la frase ¨miente, miente, que algo queda¨. Esa frase se considera una síntesis de su enfoque propagandístico. La expresión refleja la estrategia de repetir una mentira constantemente con la esperanza de que, incluso si se desacredita, aun puede tener un impacto en la opinión pública.

Es obvio que la oposición se siente desesperada ante la visible ventaja de presidente Abinader para las elecciones venideras. Y tienen razón. Ni Abel Martínez, candidato del Partido de a Liberación Dominicana, ni Leonel Fernández, de la Fuerza del Pueblo, tienen fuerza ni tampoco pueblo para vencer a Luis Abinader, candidato del Partido Revolucionario Moderno, en una contienda electoral. El expediente de Leonel Fernández es tan extenso y preñado de evidencias y pruebas que no resiste ni siquiera una auditoria superficial, los macos y cacatas que surgirían de ese examen serian tantos como para espantar al más leal de sus seguidores. La ambición sin límites de Leonel Fernández, que ha sido tres veces presidente de nuestro país, lo conduce hacia un despeñadero final en su ya averiada carrera política. Por otro lado, el aspirante Abel Martínez, alcalde de Santiago, ha tenido éxito en elecciones previas, pero su gran debilidad radica en su incapacidad para articular propuestas realistas de manera efectiva. Su habilidad para discursos políticos contrasta con su falta de brillo y solidez en la concepción de ideas concretas.

En resumen, es evidente que la campaña electoral se desarrolló en un ambiente de intento de manipulación de la percepción pública a través de los medios y las redes sociales en un empeño oposicionista por equilibrar la balanza electoral que no les favorece, pero la verdad y la realidad prevalecerán a través del análisis y la comprobación de la información. La verdad flota, como el corcho.

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