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Rusia deja sin GPS a miles de aviones en el norte de Europa

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Vista de la cabina de un avión Bombardier C Series. (EFE/Alexandra Wey)

Varios miembros de la OTAN acusan a Moscú de interferir deliberadamente las señales de posicionamiento

Enrique Pérez

xataka.com

Las interferencias del GPS en el Mar Báltico van camino de convertirse en un grave problema de seguridad. A principios de año se determinó que el culpable era Rusia. Desde hace meses la guerra electrónica se ha ido intensificando y se habla de miles de aviones afectados. Ahora este asunto acaba de subir varios peldaños.

Estonia, Letonia y Lituania alertan de la situación. En conversación con Financial Times, los ministros de exteriores de países bálticos como Estonia, Letonia y Lituania han alertado que las interferencias en los GPS detectadas desde hace meses pueden llegar a suponer un grave problema.

“Las cosas en la región del Báltico cerca de la frontera con Rusia están siendo ya demasiado peligrosas como para ignorarlas”, apunta Gabrielius Landsbergis, ministro de exteriores de Lituania. “Es un ataque híbrido, parte de las actividades hostiles de Rusia”, describe Margus Tsahkna, ministro de exteriores de Estonia.

Dos vuelos comerciales desde Helsinki tuvieron que volver. A finales de la semana pasada, dos vuelos comerciales de Finnair que partían desde el aeropuerto de Helsinki hacia la ciudad de Tartu, Estonia, tuvieron que dar marcha atrás y volver después de que los pilotos notasen fuertes interferencias en su sistema de navegación.

El aeropuerto de Tartu no tiene alternativa al GPS. Finnair es la única aerolínea internacional en volar a Tartu, el pequeño aeropuerto de la segunda ciudad más grande de Estonia.

“La mayoría de los aeropuertos utilizan métodos de aproximación alternativos, pero algunos aeropuertos, como Tartu, sólo utilizan métodos que requieren una señal de GPS para respaldarlos. La interferencia del GPS en Tartu nos obliga a suspender los vuelos hasta que se hayan establecido soluciones alternativas.”, explica Jari Paajanen, director de operaciones de Finnair.

El caso de Tartu no es la norma, ya que las alternativas al GPS en la aviación comercial, están muy extendidos. Pero es un aviso de cómo las interferencias en el Báltico están empezando a afectar a la vida diaria de los ciudadanos.

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